Dientes para toda una vida: eficacia del tratamiento periodontal especializado

Importancia del mantenimiento periodontal

 

Para mantener las encías sanas, tras el tratamiento, hay que ser muy constantes. Ya que ,la agresión bacteriana sobre las encías es continua a pesar de haber realizado un adecuado tratamiento. Es por tanto, muy importante no olvidar realizar una correcta y adecuada higiene oral. Debe ser pautada y dirigida por parte de un profesional. Además, debe realizarse un seguimiento y tratamiento necesario para evitar que las bacterias sean capaces de volver a provocar destrucción periodontal. Es por esto, que una vez terminada la fase activa del tratamiento periodontal, se inicia una fase preventiva. Destinada al mantenimiento a largo plazo del resultado de salud logrado, evitando que la enfermedad progrese de nuevo.

Esta fase de mantenimiento periodontal está dirigido a controlar la placa bacteriana que se acumula por debajo de la encía. Es un complemento imprescindible a la higiene bucodental que tiene que realizar el propio paciente. Lo primordial en esta fase será prevenir la progresión de la enfermedad que podría volver a activarse. De ser así, detectarlo antes posible para poder tratarlo de la manera más adecuada. Y evitar o reducir la pérdida dentaria que se podría producir con estos procesos agudos de la enfermedad.

 

Diferencias mantenimiento profesional vs limpieza de boca

 

Diferentes estudios publicados hasta el momento demuestran que las llamadas “limpiezas de boca” superficiales, efectuadas de forma aislada, sin la debida frecuencia y minuciosidad, no son suficientes para evitar el avance de las enfermedades periodontales.

En una cita de mantenimiento completa se lleva a cabo una evaluación de la evolución del paciente. Y el tratamiento pertinente para mantener la salud periodontal restablecida con la fase activa del tratamiento. Intentando prevenir que la enfermedad vuelva a activarse.

En cada visita se lleva a cabo una exploración completa y cuidadosa de las encías. Para comparar la situación actual con respecto a los registros anteriores. También se registran los cambios en la salud general (o la medicación) que puedan influir en la evolución de la enfermedad. Si en alguna zona se muestran cambios a nivel clínico o que refiera el paciente se completa el examen con radiografías u otras pruebas complementarias que ayuden a completar el diagnóstico.

Aquellas zonas detectadas con un mayor riesgo de recidiva de la enfermedad se vigilarán, y se realizará en ellas el tratamiento oportuno para evitar una progresión de la enfermedad.

Además, siempre se realizará una evaluación de los hábitos de higiene por parte del paciente, ya que son un pilar fundamental para el control de la enfermedad. Estos deben de ser evaluados y modificados en función a cada paciente y en función de los cambios que se vayan presentando en la boca después del tratamiento.

Por parte del profesional se realizará una eliminación minuciosa del todo el cálculo presente (“sarro”) y placa bacteriana, pigmentaciones y rugosidades de los dientes, tanto por encima como por debajo de la encía con diferentes instrumentos. Si es necesario, se aplicarán o prescribirán antisépticos o medicamentos.

El objetivo es que con toda esta información el paciente tenga una idea clara del estado actual de su boca. Y de si es necesario cualquier tratamiento adicional. De esta manera, lo que se busca con esta terapia es que el paciente sea cómplice en el tratamiento. Que sea consciente de qué factores empeoran su situación y pueden provocarle perder dientes. Asimismo qué puede hacer por mejorar y cuidar su salud bucal y por tanto sus dientes. Debemos apartarnos de la idea de ir al dentista a que nos “limpie la boca” y buscar un aliado en la terapia, un complemento a nuestro tratamiento diario con la higiene bucal.

 

Dra. Olalla Argibay