DIABETES Y ENFERMEDAD PERIODONTAL
DIABETES Y ENFERMEDAD PERIODONTAL
“Una persona con diabetes tiene hasta tres veces más probabilidades de sufrir periodontitis” (Cristina Serrano, periodoncista y experta en diabetes)
1. ¿Cómo definiría la relación que existe entre la diabetes y la salud bucal?
La diabetes y la salud bucal son “amistades peligrosas”. Tienen mucho que ver entre ellas, tanto para bien como para mal. Su relación es bidireccional, de modo que lo que afecte a una también afectará a la otra. Por ejemplo, una persona con diabetes va a tener más riesgo de tener una peor salud oral, en concreto un mayor riesgo de periodontitis; por otro lado, una persona con periodontitis tendrá un riesgo más elevado de sufrir diabetes.
Igualmente, la mejora en el control de la diabetes ayudará a evitar empeoramientos de la salud periodontal y tener una buena salud oral también repercutirá de manera positiva en el control de la diabetes.
2. ¿Hasta qué punto un mal control de la diabetes supone, de alguna forma, un deterioro de la salud de la boca?
Hasta el punto de que puede tener una mayor predisposición, incluso, a perder los dientes. De hecho, estudios nos hablan de que hasta un 15% de los pacientes con diabetes pierden todos los dientes de su boca.
El paciente con diabetes, sobre todo si no la tiene controlada, tiene una mayor predisposición a sufrir una periodontitis y a que ésta evolucione más rápidamente. Además, la elevación de la glucosa no solo se produce en la sangre, sino también en la saliva. Esta elevación se relaciona, asimismo, con una mayor predisposición a caries.
Por otro lado, las personas con diabetes mal controlada tienen mayor riesgo de sufrir también otras alteraciones en la cavidad oral, como candidiasis, muy relacionada con hemoglobinas glicosiladas altas, o xerostomía.
Su relación es bidireccional, de modo que lo que afecte a una también afectará a la otra
3. Y, entonces, ¿también es cierto que una deficiente higiene y salud bucodental puede favorecer el desarrollo de diabetes? ¿Y, también dificulta su control una vez diagnosticada?
Pues sí, de hecho, se ha demostrado que, en individuos metabólicamente sanos, sin diabetes, su hemoglobina glicosilada es por término medio un 0,3% más alta si presentan periodontitis avanzada. Asimismo, hay también una fuerte evidencia que soporta que los pacientes con periodontitis, sobre todo avanzada, tienen un riesgo aumentado de sufrir incidencia de diabetes en los siguientes años, en relación con los que no presentan periodontitis o la tienen en fase más inicial.
Una vez se ha diagnosticado la diabetes, es importante saber que una mala higiene oral influye en el control de dicha enfermedad. Hoy sabemos que los pacientes con diabetes y periodontitis tienen un riesgo aumentado de sufrir complicaciones asociadas a la diabetes. La evidencia es importante respecto a retinopatías, enfermedades cardiovasculares y nefropatías. Hay estudios que muestran, incluso, un mayor porcentaje de muerte por cualquier causa en pacientes con diabetes y periodontitis frente a los pacientes únicamente con diabetes.
4. ¿Cómo se explica que enfermedades tan aparentemente distantes y distintas, como una periodontitis y la diabetes puedan estar tan entrelazadas?
El nexo que une ambas condiciones es la inflamación. Ambas son enfermedades inflamatorias crónicas y no transmisibles.
En el caso de la diabetes, el mal control de la glucemia provoca una elevación, no solo en sangre, sino también en los tejidos periodontales, de citoquinas proinflamatorias y productos finales de la glicación avanzada (proteínas AGE). Estos estimulan la producción de radicales libres de oxígeno por parte del sistema inmune, así como una mala respuesta inflamatoria, con la destrucción de los tejidos periodontales como consecuencia.
En el otro sentido, como consecuencia de la periodontitis se produce la elevación de citoquinas proinflamatorias en los tejidos periodontales, como la IL1-beta, la IL6 o el TNF-alfa, pero también en el torrente sanguíneo, junto con elevaciones de proteínas de fase aguda como la proteína C reactiva. Esto provoca una inflamación sistémica de bajo grado cuya consecuencia es una resistencia a la insulina, que va a ser previa a una alteración de la glucemia y al desarrollo de diabetes.
La mejora en el control de la diabetes ayudará a evitar empeoramientos de la salud periodontal.
5. ¿Es la periodontitis la enfermedad bucodental que más asociación ha demostrado con la diabetes?
Efectivamente. Es cierto, que la diabetes tiene otros “amigos indeseables” en la boca, como la caries, la xerostomía, el síndrome de boca ardiente, la candidiasis o el liquen plano, pero, y al ser también otra enfermedad inflamatoria crónica, la periodontitis es la que más asociación ha demostrado. De hecho, una persona con diabetes tiene hasta tres veces más probabilidades de sufrir una periodontitis que otra sin diabetes.
Tener una buena salud oral también repercutirá de manera positiva en el control de la diabetes.
6. Conociendo esto, ¿qué consejos básicos de salud bucodental daría a una persona para prevenir la aparición de diabetes? ¿Y a una persona que ya tiene una diabetes establecida?
El mejor consejo que se puede dar en cuanto a salud bucodental para prevenir la diabetes es que se debe tener una muy buena higiene oral. Esto implica no solo tener un buen cepillado dental, sino también interdental, mediante la utilización de cepillos interdentales y/o hilo dental.
Durante este año 2020 se ha publicado un gran estudio epidemiológico en Corea del Sur, con más de 180.000 personas, en el que se ha demostrado que mejorar las técnicas de cepillado puede reducir el riesgo de incidencia de nuevos casos de diabetes. Por tanto, un buen cepillado, la utilización de cepillo interdental, y eventualmente, la utilización de un colutorio antiséptico son buenas armas para prevenir la aparición de diabetes.
Además, es primordial que se realicen revisiones periódicas en el dentista para descartar la existencia de periodontitis, ya que, en dicho caso, el tratamiento periodontal va a ser un factor importante no solo para evitar perder los dientes, sino además para prevenir la aparición de diabetes.
Hasta un 15% de los pacientes con diabetes pierden todos los dientes de su boca.
7. ¿Desde la consulta dental se puede hacer algo para inferir positivamente en esta relación entre salud bucodental y diabetes? ¿Cómo?
Desde la clínica dental se puede hacer mucho en este sentido. Por un lado, es importante que conozcamos que los factores de riesgo de las enfermedades bucales son comunes también a la diabetes. Aquí podemos incluir el tabaco, el sobrepeso/obesidad, la inactividad, las dietas ricas en azúcares refinados y grasas saturadas, etc. Y en esto podemos influir nosotros desde nuestras consultas.
Algo que deberíamos incluir todos en nuestro equipo de salud bucodental es la modificación de los factores de riesgo, es decir, la promoción de estilos de vida saludables. Estamos en una posición muy favorable frente al paciente, ya que le vemos con asiduidad, y eso nos permite informarle sobre buenos hábitos y, por otro lado, motivarle en cada consulta.
El paciente con diabetes, sobre todo si no la tiene controlada, tiene una mayor predisposición a sufrir una periodontitis y a que ésta evolucione más rápidamente.
Es importante, además, que a los pacientes que tienen factores de riesgo metabólico les informemos de ello, que cuantifiquemos su riesgo, por ejemplo, mediante la utilización de cuestionarios específicos como el “Findrisk”.
Si queremos dar un paso más, podríamos incluso realizar un screening de dicho riesgo mediante la utilización de pruebas aleatorias de glucemia, o mejor aún, de hemoglobina glicosilada, que nos va a dar información sobre el control de la glucemia del paciente en los últimos 3-4 meses.
Todo esto permitirá remitir a su médico de familia a los pacientes con riesgo metabólico moderado/alto, para que sea él quien realice el diagnóstico de una hipotética prediabetes o diabetes y, en dicho caso, el tratamiento adecuado. No debemos olvidar que más de un 40% de las personas con diabetes desconocen que la padecen, y la prediabetes, que no suele tener síntomas, permanece sin diagnosticar casi en el 80% de las personas.
Por tanto, un cribado previo en nuestras consultas puede permitir un diagnóstico precoz por parte de su médico y, como consecuencia, mejorar la calidad de vida del paciente y reducir las complicaciones.